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Internet de las cosas
10 julio, 2020

Internet es la tecnología decisiva de la era de la información, al igual que el motor eléctrico fue el vector de la transformación tecnológica durante la era industrial.
Esta red mundial de redes informáticas, que actualmente funcionan en su mayor parte a través de plataformas de comunicaciones inalámbricas, nos proporciona la ubicuidad de la comunicación multimodal e interactiva en cualquier momento y sin fronteras espaciales.
La tecnología de Internet no es realmente algo nuevo. Su antepasado, Arpanet, se desarrolló ya en 1969 (Abbate, 1999). Pero no llegó a los usuarios privados hasta la década de 1990, cuando el Departamento de Comercio de los Estados Unidos liberalizó su uso. A partir de ese momento se extendió por todo el mundo a una velocidad extraordinaria.
En 1996, se calculó por primera vez el número de usuarios de Internet, con un resultado de 40 millones. En 2013 hay más de 2.500 millones, la mayoría residiendo en China. Por otra parte, la expansión de Internet se vio restringida durante un tiempo debido a la dificultad de instalar infraestructura de telecomunicaciones terrestres en los países en desarrollo.
Esto ha cambiado con la aparición de las comunicaciones inalámbricas a principios del siglo XXI. Así, mientras que en 1991 había alrededor de 16 millones de abonados (números) de dispositivos inalámbricos en el mundo, en 2013 son casi 7.000 millones (para un planeta de 7.700 millones de habitantes). Considerando el uso de la telefonía móvil en el ámbito familiar y rural y considerando el uso limitado de estos dispositivos entre los niños menores de cinco años, podemos decir que casi toda la humanidad está conectada, aunque con diferencias significativas en el ancho de banda y la eficiencia y el precio del servicio.
Internet, en el corazón de estas redes de comunicaciones, permite producir, distribuir y utilizar información digitalizada en cualquier formato. Según el estudio publicado por Martin Hilbert en Science en 2010, el 95% de toda la información existente en el planeta está digitalizada y en su mayor parte es accesible en Internet y otras redes informáticas.
La velocidad y el alcance de la transformación de las comunicaciones como resultado de la Internet y las redes inalámbricas han dado lugar a una diversidad de consideraciones utópicas y antiutópicas en todo el mundo.