Son proveedores que ofrecen Internet de forma inalámbrica y no necesitan la instalación de cables en la zona donde prestan su servicio, lo que hace de esta modalidad una opción atractiva para las zonas rurales, de difícil acceso o simplemente para cualquier usuario que busque una conexión a Internet rápida y fácil de instalar.

La mayoría de los hogares y comercios minoristas obtienen su servicio de Internet a través de compañías telefónicas o de cable que ofrecen conexiones que requieren instalaciones físicas en las que el cableado forma parte de una gran infraestructura interconectada.

Por otra parte, los proveedores de servicios inalámbricos tienen la oportunidad de dar cobertura a la totalidad de las zonas sin necesidad de una infraestructura de cableado que cubra el espacio donde se ofrece el servicio.

Para ello, el operador del WISP instala una o más estaciones base que consisten en torres con antenas y, en algunos casos, red electrónica (si el proveedor tiene servicios como la fibra óptica) que son operadas a través de sistemas centrales.

Los sistemas se encargan de la gestión del ancho de banda, el servicio a los usuarios, la seguridad de la red, la redundancia de la infraestructura, la gestión de la megafonía, las copias de seguridad, entre muchas otras funciones.

En la Empresa del usuario se instalará una pequeña antena que se conecta con una de las estaciones base y ésta a su vez con el sistema central que gestiona la conexión a Internet y la velocidad contratada.